Si pretendemos realizar las instalaciones de agua de nuestro hogar debemos conocer que existen 3 tipos básicos de instalaciones que se complementan y que son imprescindibles para el óptimo suministro y utilización de este vital liquido natural en el hogar. A continuación, se exponen las características de las tres principales instalaciones de agua:
Instalaciones de agua fría
Esta red de tuberías está conformada por la acometida que tiene la función de unir el sistema municipal de suministro de agua con las instalaciones de fontanería de la vivienda. Otro de los elementos que integran esta instalación es el contador que registra o mide el consumo de este líquido y las derivaciones especificativas para cada vivienda en particular.
Instalaciones de agua caliente
Este tipo de instalación es más especializada y está destinada para aquellos aparatos o sistemas domésticos que emplean o utilizan agua a elevadas temperaturas, por lo que comprende todos los elementos que unen la toma de agua fría con los electrodomésticos o aparatos térmicos.
Instalaciones de saneamiento
Son todas aquellos conductos, canales o tuberías en las que derivan las aguas residuales provenientes de los dispositivos sanitarios del hogar y los distintos desagües del mismos para conducir dicha agua en deplorables condiciones hasta la red municipal de saneamiento y tratamiento de aguas residuales.
Tipos de tuberías
Al diseñar las instalaciones de agua de una vivienda, chalet o establecimiento comercial debemos considerar cuales son los materiales idóneos para dichas instalaciones y en este sentido vale la pena repasar los distintos tipos de tuberías existentes en el mercado.
Actualmente se utilizan ampliamente las tuberías elaboradas en plásticos altamente resistentes como los modelos de PVC, Polietileno y Polipropileno. Una de las ventajas de las tuberías de plástico es su precio relativamente baratas y el ligero peso de las mismas. No obstante, muchos fontaneros continúan prefiriendo los modelos de tuberías elaboradas en metales tales como las tuberías de acero y cobre dado a la mayor resistencia y durabilidad que poseen dichos materiales.
Algunos de los inconvenientes más frecuentes con las instalaciones de agua
- Corrosión: El oxígeno que se encuentra inherente en el agua puede desencadenar con el paso de los años la oxidación del material metálico de la tubería.
- Condensación: Cuando las tuberías de cobre o acero se encuentran expuestas a corrientes de aire, el contacto de dicha fuente de aire con la humedad de las paredes de la tubería puede condensar las mismas y fragmentarlas.
- Incrustación: La dureza del agua, es decir, la concentración de minerales de la misma, puede afectar las tuberías dado que dichos minerales precipitan o forman incrustaciones que se adhieren a las paredes de la tubería y afectan el funcionamiento de las misma.
- Pendientes: Mientras menos pendientes, curvas o sifones innecesarios posea la red de tuberías, menos posibilidades existen de que se presenten problemas en las misma.